El Sindicato Médico de Málaga (SMM) denuncia la desbordante situación histórica de los médicos del Área de Salud Mental del Hospital Universitario Virgen de la Victoria, en la que asumen funciones administrativas que no les competen para cubrir la falta acuciante de personal administrativo
La situación que se vive en el Área de Salud Mental del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga es históricamente desbordante. Con un área de salud mental que comprende desde el propio hospital hasta Estepona, incluido Cártama, los profesionales han de cubrir el área de asistencia más extensa de Andalucía, con lo que supone eso en la conciliación socio familiar en desplazamientos y vivienda, pulverizando no solo el número de camas de psiquiatría por habitante, sino también el ratio facultativo-población, el peor del mundo civilizado. La situación de ingresos en el Área de Agudos del hospital hace que no sea infrecuente encontrar aún camas de ingresados en los pasillos por falta de infraestructura. El déficit crónico de especialidad en la Costa, también obliga a prestar servicios en la Agencia Sanitaria Costa del Sol, en un parche administrativo para que personal estatutario cubra necesidades de personal laboral.
El ambiente de presión y desgaste que se arrastra de forma más que prolongada, ha provocado que un psiquiatra con más de una década de experiencia laboral y con contrato estable renunciara a su puesto en la Unidad del Hospital Marítimo. Ahora es en este centro sanitario donde desde hace ya un mes se produce otra vuelta de tuerca debido a la ausencia de contrataciones que ha decretado la Consejería de Salud. La baja de dos administrativos (de los tres con los que cuenta la unidad), ha supuesto que sean los propios psiquiatras los que realicen las labores de citar, distribuir y llamar a pacientes, funciones que no son propias de los facultativos. El panorama es dantesco ya que los psiquiatras y psicólogos son interrumpidos en consulta (donde la entrevista y situaciones no verbales suponen el gran peso de su terapéutica e intervención) para resolver problemas de citas o distribución de agenda a pacientes que acuden con problemas de burocracia, pero necesarios para la organización. El retraso en las consultas y en la agenda ya es evidente, y la presión psicológica a la que son sometidos los profesionales de la Salud Mental roza ya lo insoportable. Si no es en mitad de la consulta, en su tiempo de formación o fuera de su horario laboral y no remunerado, son los propios psiquiatras quienes deben desempeñar la labor administrativa de comunicar por teléfono a los pacientes y crear y modificar las agendas, con lo que provoca el enojo de los usuarios.
La Administración usa el abuso como herramienta básica hacia los profesionales, sea del color que sea. Los pocos escrúpulos que la Administración demostraba en el maltrato al profesional en pos de un beneficio del paciente ha quedado ya sin ni siquiera justificación, puesto que la sobrexplotación que se hacen de los psiquiatras al desempeñar tareas que no son propias de su categoría evidencia una mala asistencia al paciente, al tardar más en realizar las tareas que no le competen, sin el mismo resultado, y con el perjuicio de un paciente que no es atendido de la manera que debiera hacerlo por un psiquiatra del Servicio Andaluz de Salud.
Por otra parte, la Unidad de Agudos, que se localiza en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria, se encuentra totalmente saturada de ingresos en las últimas semanas, produciéndose demoras y retrasos considerables en el ingreso de pacientes psiquiátricos que precisan ingreso desde las Urgencias.
Málaga, 20 de noviembre de 2019