El Sindicato Médico de Málaga (SMM) exige que si lo que se quiere es garantizar la asistencia sanitaria, hay que asegurar los contratos a los trabajadores que desempeñan dicha actividad, y no como eventual de forma periódica
Las elevadas temperaturas de estos días en Málaga han provocado que el otoño continúe bastante caldeado en lo que a contratación de personal sanitario se refiere. La perversión del sistema en las últimas décadas ha ocasionado que aún, parte de la plantilla de facultativos, a pesar de realizar una labor asistencial diaria y continuada en el tiempo, lo que a todas luces es un trabajo estructural cotidiano para atender a los pacientes, siga siendo contratada como eventual por múltiples causas y de forma periódica.
El consiguiente riesgo de esta situación de renovación perversa ha llegado en pleno otoño convirtiendo este mes en un Octubre Rojo al no existir la renovación esperada de unos médicos cuyas funciones eran esenciales en este hospital.
El volumen de trabajo de los facultativos en las últimas décadas ha sufrido un incremento espectacular gracias al aumento de las actividades asistenciales en las distintas áreas médicas y quirúrgicas para satisfacer las necesidades y expectativas de los pacientes, convirtiendo al Hospital Regional en referencia en muchos campos. Pero es irónico contrastar que ello no ha conllevado el aumento de la plantilla proporcional y esperado.
No sabemos si estamos atendiendo a una situación de sabotaje o sencillamente ha primado la "oportunidad administrativa", al referirnos que se ha superado con creces el presupuesto del hospital, para justificar que no se hagan esos contratos. El Sindicato Médico de Málaga (SMM) cree que los dirigentes del SAS tendrán que analizar las causas y tomar medidas en los ámbitos que hayan perjudicado estos presupuestos, pero no extender el problema a todas las unidades de gestión y categorías, que están pagando justos por pecadores. Si lo que queremos es garantizar la asistencia sanitaria, hay que asegurar los contratos a los trabajadores que desempeñan dicha actividad asistencial, y no debe verse mermado por causas de otra índole.
Los que dirigen el SAS tienen que darse cuenta que el sobreesfuerzo que hacen los médicos a diario sobrecargados de actividad y en ocasiones asumiendo más trabajo del habitual por la no cobertura de las bajas, vacaciones, reducciones de jornada y liberaciones, no se puede extender aún, no se puede sobrecargar más si cabe, lo que ya está extenuado y exprimido al límite.
Si las plantillas estaban reducidas, solicitamos a los responsables que respondan a la población cómo quedan en la actualidad, si además no se han autorizado los contratos esperados para cumplir la actividad cotidiana. ¿Cómo se desdobla el facultativo que ha de hacerse cargo de 2-3 actividades simultáneamente, y todo ello sin incurrir en riesgo de salud para él y para los pacientes?
Al final de este Octubre Rojo se desatarán las consecuencias que ya se están objetivando como son las bajas del personal que está excedido de trabajo.
Y todo esto en una ciudad como Málaga, referente de actualidad por las polémicas suscitadas por el tercer hospital. Si reconocemos que Málaga necesita un tercer hospital y más de 800 camas, otra de las preguntas a responder es: Además de crear la infraestructura, ¿cómo piensan orquestar la plantilla que cuide esas camas, si continúa la política de desmotivación a la hora de los contratos, que influye en el malestar del personal, la sobrecarga, y a medio-largo plazo el éxodo que ello provoca?
Málaga, 11 de octubre de 2019